Descubre qué es Ongoing Charges (OGC) y la importancia de calcularlo para conocer la rentabilidad de tus inversiones.
¿Qué es Ongoing Charges?
Para entender si un fondo está siendo gestionado de manera eficiente podemos mirar los OGC (Ongoing Charges en inglés que podemos traducir como gastos corrientes).
¿Cómo se calculan los gastos corrientes en un fondo de inversión?
Cuando inviertes en un fondo de inversión, los gastos corrientes son una de las cosas que debes tener en cuenta. Los gastos corrientes son los costes que un fondo de inversión cobra a sus inversores para cubrir los costes de administración y gestión del fondo.
Los OGC incluyen la comisión de gestión, la comisión de depósito, las comisiones de suscripción y reembolso (si las hay), el gasto de intermediación de las operaciones de compra/venta, los gastos de auditoría… En definitiva, todos los gastos que afectan a la operativa normal de un fondo.
Estos costes se deducen automáticamente del valor del fondo y se expresan como un porcentaje del valor total del fondo. Pero, ¿cómo se calculan los gastos corrientes?
Los gastos corrientes se calculan dividiendo los costes totales del fondo por su valor total. Por ejemplo, si un fondo de inversión tiene un valor total de 100.000 euros y sus costes totales son de 1.000 euros, los gastos corrientes del fondo serían del 1% (1.000 / 100.000).
Hay que tener en cuenta que la comisión de éxito no se incluye en los OGC. La comisión de éxito es aquella que se cobra en algunos fondos en función de los resultados obtenidos por el fondo (por ejemplo un 9% sobre beneficios). De esta forma la gestora a veces combina una comisión de gestión + comisión de éxito. Esta comisión tiene una naturaleza variable ya que sólo se cobra cuando el fondo obtiene resultados positivos. Por eso no se incluyen en los OGC, pero sí se incluyen en el cálculo del ratio que mide los gastos totales de un fondo de inversión (TER).
¿Cómo afectan los gastos corrientes a la rentabilidad del inversor?
Indudablemente, tanto si los gastos corrientes son altos como bajos, afectará la rentabilidad del inversor.
Por ejemplo, si los gastos corrientes son altos, se reduce la rentabilidad del fondo. Si un fondo de inversión tiene una rentabilidad del 5% y sus gastos corrientes son del 2%, la rentabilidad neta del fondo sería del 3%.
Mientras que, si los gastos corrientes son bajos, mejorará la rentabilidad del fondo. Si un fondo de inversión tiene una rentabilidad del 5% y sus gastos corrientes son del 1%, la rentabilidad neta del fondo sería del 4%.
Factores a tener en cuenta al comparar los Ongoing Charges (OGC) de diferentes fondos de inversión
Existe varios factores a tener en cuenta, pero aquí trataremos los fundamentales:
Tipo de fondo de inversión
Por ejemplo, los fondos indexados suelen tener gastos corrientes más bajos que los fondos de gestión activa.
La tasa de rentabilidad
Es importante considerar la rentabilidad neta del fondo después de deducir los gastos corrientes. Un fondo de inversión con gastos corrientes bajos pero una rentabilidad neta baja puede no ser tan atractivo como un fondo con gastos corrientes ligeramente más altos pero una rentabilidad neta más alta.
El plazo de inversión
Si planeas invertir a largo plazo, los gastos corrientes pueden tener un impacto significativo en tu rentabilidad total. Por lo tanto, es importante elegir un fondo de inversión con gastos corrientes bajos y una rentabilidad neta sólida.
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